El
papa Francisco intensificó este miércoles la supervisión de la creación
de nuevas órdenes religiosas, a fin de que el Vaticano tenga mayor
control sobre el proceso y se evite la proliferación de charlatanes que
engañan a los crédulos.
La nueva ley fue aprobada en momentos en
que el Vaticano está tratando de combatir la creación de órdenes
religiosas falsas cuyos líderes luego resultan fraudes que abusaban de
sus seguidores espiritual o incluso sexualmente.
Normalmente,
las órdenes religiosas comienzan como “institutos de vida consagrada”
aprobados por el obispo local para que operen en su diocesis. Con el
tiempo, si atraen suficientes miembros, pueden pedirle al Vaticano que
les dé reconocimiento pontificio, como por ejemplo los jesuitas o los
Misionarios de la Caridad.
El
Vaticano en el 2016 ya le había advertido a los obispos locales que
debían consultarle antes de aprobar una orden religiosa y que de lo
contrario su solicitud no sería aprobada. La nueva ley va más allá,
exigiendo una aprobación por escrito del Vaticano antes de que el obispo
pueda aprobar la orden.
La
nueva ley estipula que el mayor control del Vaticano era necesario para
garantizar que las nuevas órdenes cumplan con ciertas condiciones de
espiritualidad, y para evitar la proliferación de comunidades pequeñas
en una diocesis tras otra.
“Los fieles tienen el derecho de
recibir orientación de sus pastores sobre la autenticidad de los
movimientos espirituales y sobre la fiabilidad de quienes se presentan
como fundadores”, expresa el texto de la ley.