Las polacas prometieron no presentarse a trabajar el miércoles como
parte de una huelga nacional en protesta contra el fallo de un alto
tribunal que prohíbe el aborto en el caso de que el feto sufra daños
congénitos.
El paro se celebra en medio de un enfrentamiento cada
vez más profundo entre las enojadas masas, que llevan días tomando las
calles por el fallo, y el gobierno polaco, de corte profundamente
conservador, que ha prometido no dar marcha atrás.
El fallo de la
Corte Constitucional el pasado jueves provocó multitudinarias protestas
diarias en toda la nación centroeuropea de 38 millones de habitantes,
que ponen de manifiesto las profundas divisiones en un país que durante
mucho tiempo fue un bastión del catolicismo conservador y ahora vive una
rápida transformación social.
La
indignación por el fallo, que negaría el aborto legal incluso en los
casos en los que el niño vaya a morir al nacer, se centrado en la
iglesia católica y en Jaroslaw Kaczynski, el líder del partido
gobernante y el político más poderoso del país.
domingo para interrumpir misas, enfrentaron a los curas con
obscenidades y pintaron los templos con espray.
El martes en la
noche, Kaczynski acusó a las manifestantes de querer “destruir Polonia” y
pidió a los seguidores de su partido que defiendan las iglesias “a
cualquier precio”. El dirigente habló directamente a la cámara sobre un
fondo con banderas polacas en un anuncio que algunos críticos compararon
con la declaración de ley marcial realizada en 1981 por el líder
comunista Wojciech Jaruzelski.
Algunos vieron sus palabras como
una incitación a la violencia, dado que el político, de 71 años, funge
como viceprimer ministro encargado de la policía y los servicios de
seguridad.
Bartosz Weglarczyk, editor del cibersitio de noticias
Onet, alegó que Kaczynski estaba autorizando de facto a los hooligans y a
los extremistas de ultraderecha a “golpear a la gente en la calle”.
“Estas
palabras son impactantes. Estas palabras pueden presagiar cualquier
cosa, incluyendo la introducción de un estado de emergencia, censura,
detenciones y dios sabe qué más’, escribió Weglarczyk.
Huelga de Mujeres, que organizó las movilizaciones de la última semana, convocó el paro bajo el lema “No vamos a trabajar”.
Medios
polacos reportaron que algunas clases universitarias se cancelaron,
mientras los alcaldes de Varsovia y Cracovia respaldaron el llamado a
que las trabajadoras se ausentasen de sus puestos.
CREDITOS A DIARIO LIBRE.