“Mi hija era una flor”, así define Yulissa Cuevas
a su hija de tan solo cinco años de edad, Yuleski Batista, quien murió
durante un asalto perpetuado en el sector Juana Saltitopa en Los
Alcarrizos.
Cuevas, madre de otros tres niños, narra que Yuleski era “loca” con
su padre, muy querida en el sector y siempre buscaba la manera de
agradarla.
“Perdimos una perla, mi niña era muy especial. Ella iba al colmado a
hacer un mandado y cada vez que iba, me traía una flor. Tenía una mata
de las inmediaciones, deshojada. Venía y me decía mira mami, una flor”,
expresó entre lágrimas Yulissa.
Siempre sonreía
Los moradores del lugar cuentan que la menor de cinco años de edad
normalmente siempre estaba riéndose con los demás niños de la zona y
valoraron la crianza de sus padres, debido a esta siempre respetaba a
los “mayores”.
“Ella era una niña muy buena y siempre estaba compartiendo con los
demás muchachitos y siempre muy animada”, declaró una de las
residentes del sector. El hueco en la pared: el rastro de la tragedia Un
hueco en la pared de la sala en la vivienda donde residía Yuleski es el
rastro final que dejó la tragedia que enluta a la familia de la niña.
El elemento de decoración indeseado es producto del disparo que
entró y salió por la cabeza de la niña Yuleski y que, al dejarla muerta
al instante, después traspasó el abdomen de su padre Franklin Emilio
Batista Hipólito, quien trataba de auxiliarla al momento de recibir el
llamado de advertencia.
“Están atracando ahí al lado”, fueron las palabras de un infante a
Franklin, quien tomó a su hija de la mano porque estaba colocada
próximo a la puerta de su casa y era justo en ese instante que los
asaltantes huían y dispararon hacía la casa de la menor.
“Quizás ellos pensaron que él iba a hacer algo y quizás por eso le
dispararon””, razona la madre de Yuleski a los reporteros mientras
intentaba conservar un poco la “cordura” y no llorar nueva vez en
frente de las cámaras de televisión y de fotorreporteros.
El padre de la niña, de 42 años de edad, fue operado de emergencia en
el hospital Vinicio Calventi y se encuentra “estable” dentro de su
condición.
“Él, herido, cogió a su hija y se la llevó corriendo al hospital y
en el camino se me iba casi desmayando. Gracias a la misericordia de
Dios, él no se me fue”, narraba entre lágrimas Yulissa.
Víctimas iniciales
El objetivo de los asaltantes era el celular de Marleny Pepén, quien
alrededor de las 10:00 de la noche del miércoles se encontraba
disfrutando junto a sus familiares frente a su casa, ubicada justo al
lado de la vivienda de Yuleski.
Por ser horario de toque de queda, Marleny y sus acompañantes se
sintieron “seguros” de compartir con sus teléfonos celulares en la
calle, cuando de repente dos individuos se desmontaron de una
motocicleta y los encañonaron.
La mayoría pudo correr hasta las habitaciones de la casa para evitar
el asalto, pero Marleny tenía a su niña en brazos y no pudo llegar más
allá de la sala.
“Ellos llegaron a entrar hasta la sala y aquí me encañonaron, me
puso la pistola en la cabeza y le tuve que entregar el celular”,
explicó Marleny. Al lado de la casa, la niña de cinco años de edad
Yuleski Batista, veía televisión junto a su familia cuando uno de los
niños en otro hogar vociferó lo que estaba ocurriendo.
El fiscal general de Santo Domingo Oeste, Edward López, llegó al
lugar para solidarizarse con los familiares de la víctima y asegurarles
que los responsables pagarán por sus hechos.
“Hemos venido personalmente a realizar un levantamiento de cámaras y
de testimonios, y estamos en esa fase de investigación para garantizar
que se haga justicia de la manera que corresponde”, expresó López.
La Policía
De su lado, el vocero de la Policía Nacional, Miguel Balbuena,
identificó a los responsables del hecho como Rimarqui Mercado Mena, de
22 años, quien ya fue apresado, y otro apodado “Blondi”, ambos con
varias fichas por participar en diferentes hechos delictivos.
El cuerpo de Yuleski aún no había sido entregado a sus familiares al
mediodía de este jueves y tampoco se había determinado la hora del
sepelio.
Indignación
En el sector, además del dolor por la tragedia sucedida, la
indignación fue el sentimiento más amplio entre los moradores de la
zona.
PATRULLAJE
Inseguridad.
Muchos de los residentes explican que los atracos están a la “orden
del día” y que el patrullaje policial ha resultado ser “insuficiente”
para la cantidad de asaltos que en el sector se registran.
CREDITOS A LISTÍN DIARIO