El
intercambio de halagos entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el
actual presidente de EE.UU. hace pensar que Pionyang prefiere a Donald
Trump en la Casa Blanca, pero algunos expertos ven que una victoria de
Joe Biden puede abrir nuevas vías de diálogo.
Los líderes de
ambos países han celebrado tres cumbres e intercambiado 27 escritos
(calificados como “cartas de amor” por Trump, al que Kim se ha referido
en estos documentos como “su excelencia”) en los dos últimos años, un
periodo en el que el mandatario estadounidense ha destacado la buena
química entre ambos.
Esto, unido a que Trump es el único
presidente estadounidense que se ha reunido con un líder norcoreano,
sugiere que Pionyang querría una victoria suya en las presidenciales del
martes, porque ve en él su mejor posibilidad para lograr una rebaja de
las sanciones a cambio de concesiones relacionadas con su programa
nuclear.
“El
actual régimen de la República Popular Democrática de Corea (nombre
oficial de Corea del Norte) parece preferir la Administración Trump,
porque si hay algún acuerdo que potencialmente se pueda alcanzar, solo
sería posible bajo Trump”, explica a Efe Hoo Chiew-Ping, profesora
adjunta de la Universidad Nacional de Malasia.
“A
los norcoreanos les gustaría que Trump fuera reelegido. Sienten que
pueden manejarlo”, dijo a su vez Andrei Lankov, profesor de Estudios
Coreanos de la Universidad Kookmin, en un reciente seminario organizado
por la web especializada NK News.
Para Lankov, el que Pionyang no
reiniciara pruebas nucleares o de misiles de largo alcance tras el
fracaso de la cumbre de Hanói de 2018 y que a su vez mostrara nuevo
armamento en un desfile en octubre pero evitara usar lenguaje belicista e
incluso mencionar a EE.UU. envía un “mensaje suave, que no daña la
campaña de Trump pero lo sitúa en la agenda”.
“Creen que
aceptaría tácitamente a Corea del Norte como un estado nuclear de facto y
que lograrían el levantamiento de sanciones a cambio de algún tipo de
‘congelamiento’ (de su programa nuclear)”, subrayó el experto ruso.
Hoo,
por su parte, cree que si Trump gana, Pionyang querría alcanzar un
acuerdo “sustancial” para rebajar sanciones, pero que “las rigurosas
exigencias de EE.UU. en cuanto a inspección (de instalaciones) no serían
consideradas dado el bochorno de lo que sucedió en la cumbre de Hanói”.
Lo
acaecido en esa reunión, donde Trump vio insuficientes los activos
nucleares que Corea del Norte ofreció desmantelar, fue, según cuenta
Ramón Pacheco Pardo, profesor asociado del King’s College de Londres,
“un shock para los norcoreanos” que ni la posterior cumbre en la
frontera intercoreana o las reuniones de Estocolmo pudieron arreglar.
A
su vez, Joe Biden, pese a criticar a Trump por “coquetear” con líderes
autoritarios como el líder norcoreano, “ha dicho que sí se reuniría con
Kim con condiciones previas”, recuerda Pacheco Pardo.
“Esas
condiciones en principio parece flexibles, así que no estoy seguro de
que (los norcoreanos) quieran que gane Trump”, asegura.
“No creo
que Corea del Norte quiera desnuclearizarse pero sí que están dispuestos
a hacer concesiones, así que -en caso de que gane las presidenciales-
habría que ver si Biden acepta o no ciertas condiciones”, añade el
académico español.
Por otro lado, muchos expertos están de
acuerdo en que, bajo Kim Jong-un, Pionyang ha sido firme a la hora de
rechazar el diálogo con el tipo de condiciones previas que exigió la
anterior Administración de Barack Obama, que optó por la llamada
“paciencia estratégica”, táctica que fracasó a la hora de evitar que
Pionyang mejorara sus arsenales.
En ese sentido, Hoo cree que si
Biden gana y “su mensaje sigue siendo coercitivo en lo referente a hacer
cumplir condiciones previas, puede verse al final atrapado en un
escenario de ‘paciencia estratégica’ como le sucedió a Obama”.
A
su vez, cree que “existe el riesgo de desligar (del diálogo) a Corea del
Norte solo por el hecho de denunciar la estrategia de Trump”, como ha
hecho Biden, y recuerda lo “importante” de mantener el clima logrado
desde 2018 y el peligro de permitir que el régimen rompa puentes para
seguir desarrollando armas de destrucción masiva.
CREDITOS A DIARIO LIBRE.