Santo Domingo.- Las salas de tareas son un apoyo esencial para la educación, especialmente durante los primeros años de escolaridad.
Para muchos padres, estas salas se han convertido en una solución práctica para cumplir con su responsabilidad de apoyar a sus hijos en su formación académica.
Las exigencias laborales a menudo limitan el tiempo que pueden dedicar al acompañamiento escolar de los niños.
“En muchos casos, son niños cuyos padres trabajan; los
maestros de la misma escuela suelen sugerir este recurso cuando detectan
que el estudiante necesita apoyo adicional. También hay padres
que tienen tiempo, pero no la paciencia para realizar las tareas con
sus hijos, especialmente los de preescolar”, explicó Fidelina Santa, maestra de educación inicial y directora de una sala de tareas.
Las clases
Este servicio generalmente se ofrece en horarios de mañana y tarde,
con sesiones de no más de dos horas, ya sea dos o tres veces por semana,
o incluso de forma diaria.
La mayoría de los niños que asisten a estas salas están en edad de alfabetización.
En los últimos años, los centros dedicados a ofrecer este tipo de
servicios se han multiplicado, especialmente en sectores de clase media.
Muchos colegios privados han integrado las salas de tareas como un
servicio adicional.
“En las salas de tareas, los estudiantes reciben orientación de sus
supervisores, quienes suplen la falta de tiempo o conocimientos que los
padres no pueden proporcionar. Sin embargo, los supervisores no deben
hacer las tareas por los estudiantes ni ocupar el lugar de los padres”,
aclaró Santa.
Una ayuda para los padres
En principio, las salas de tareas surgieron como una necesidad social
para brindar a niños y adolescentes un espacio educativo que les
permitiera cumplir con las actividades asignadas después del horario
escolar.
Este recurso ofrece las condiciones necesarias para alcanzar metas de aprendizaje a corto y mediano plazo.
Awilda Cuello, madre de una niña de 7 años que cursa segundo de
primaria en un centro de educación privada, destacó los beneficios de
este servicio.
“Después de asistir a la sala de tareas, la mejoría en la lectura y
escritura ha sido muy notoria. Aunque mi hija no tiene ningún
diagnóstico cognitivo, tiende a distraerse. Sin embargo, desde que
empezó en la sala de tareas, ha tenido una notable mejoría. Ha sido una
gran ayuda”, destacó.
La madre de 35 años entiende que las mejoras académicas de su pequeña
se deben a que en la sala de tarea la educación es más personalizada.
Hábitos de estudios
Si bien algunos padres y educadores consideran que dedicar tiempo a
las tareas escolares es una excelente oportunidad para fortalecer la
relación y la confianza entre padres e hijos, otros opinan que este
momento no siempre se aprovecha debido al cansancio y la saturación de
ambas partes.
Con muchos padres trabajando fuera de casa la mayor parte del día,
las salas de tareas se presentan como una solución ideal para supervisar
y guiar a los niños en un contexto en el que la carga curricular puede
ser excesiva.
“Buscamos que el niño adquiera hábitos de estudio”, explicó Santa.
Más allá de mejorar las calificaciones en el corto plazo, el objetivo es fomentar la independencia del estudiante.
Lo importante es que las salas de tareas no pierdan su propósito
principal: ser un recurso valioso para fortalecer el proceso educativo
de los estudiantes, orientarlos, apoyarlos y acompañarlos en el logro
exitoso de sus metas de aprendizaje.