Han pasado ya 181 años
de la primera batalla por la sobrevivencia de la joven República
Dominicana, hecho que aconteció en la gloriosa ciudad de Azua de
Compostela.
Después de ser proclamada la separación de Haití, el 27 de febrero de
1844, se une la nación dominicana al concierto de repúblicas libres del
mundo. Situación esta, que el gobierno haitiano no estaba dispuesto a
permitir, pues consideraba que la parte este de la isla le pertenecía y
estaba dispuesto a someterla de nuevo a la condición de minoría nacional
oprimida, dentro de su propio territorio.
Esto se evidenció en la proclama del gobierno haitiano al enterarse
de los acontecimientos del 27 de febrero, resaltada por el periódico
haitiano Le Progresse. Siendo esta la primera noticia pública sobre la Independencia dominicana en Haití.
El 4 de marzo, el gobierno haitiano llamó a la movilización
de sus tropas, previo decreto de la Constituyente haitiana. El 9 del
mismo mes, invadirían el territorio dominicano. La Junta Central
Gubernativa advirtió al gobierno haitiano que será responsable de los
horrores de la guerra, entre otros señalamientos. En ese sentido,
citamos la frase de Carl Von Clausewitz: «La guerra es la continuación
de la política por otros medios».
El general Pedro Santana contaba con un ejército personal, la mayoría trabajadores de sus tierras.
El gobierno haitiano, mediante proclama oficial, trató de amedrentar
al pueblo dominicano, exhortándolo a deponer la actitud de rebeldía
frente a la República de Haití. Era evidente que la pretensión del
gobierno haitiano no era una opción para el pueblo dominicano, el cual
prefería la muerte a volver al estado anterior a la proclamación de la
República. Lo que no fue posible conseguir con el diálogo, el gobierno
haitiano se propuso lograrlo a través de la guerra.
Las tropas haitianas, bajo el mando de su presidente, se disponen a
penetrar, el 9 marzo, por tres puntos estratégicos al territorio
nacional: Primero, por el sur, en la línea de Las Matas de Farfán y San
Juan de la Maguana, con rumbo a las ciudades de Azua y Santo Domingo,
tropas que estaban comandadas por el presidente de Haití, Charles Herard
Riviere; segundo, por el camino de Los Lagos avanzaba el general
Agustín Souffront con diez mil hombres rumbo al este por la línea de
Neiba, con una columna de avanzada dirigida por el coronel Luis Augusto
Brouard, y tercero, por la región del norte comandaba la invasión el
general Pierrot, con un formidable ejército que se disponía avanzar
sobre Santiago, el Cibao y proseguir hacia Santo Domingo.
En la región sur, el avance de las tropas haitianas fue retrasado por
patriotas dominicanos, que le estaban hostigando en su avance. Es esta
la razón para sostener que la Batalla del 19 de marzo fue el resultado
de las acciones que se estaban desarrollando durante los diez días que
duró la macha del ejército haitiano por la ruta del sur hasta llegar a
Azua.

General Manuel de Regla Mota
En la Fuente de Rodeo, los patriotas Fernando Tavera, Manuel Mora,
Nicolás Mañón, Vicente Noble, atacaron la avanzada del coronel Broauder.
En estas pequeñas, pero significativas refriegas, los dominicanos
defendieron el país con gallardía, Fernando Tavera fue herido. Esta
acción se conoce como el combate de la Fuente de Rodeo.
El 13 de marzo se escenificó el combate de Las Cabezas de las Marías,
teniendo los haitianos que replegarse al río Neiba (hoy Yaque del Sur).
Los dominicanos demostraban a cada instante que la república no moriría
mientras quedará un hombre en pies.
El 17 de marzo ocurrió el combate de La Hicotea, de suma importancia,
pues esto retardaba el avance de las tropas invasoras. Todos estos
encuentros lograron retrasar a las fuerzas del general Agustin Souffront
en un día, lo que evidentemente impidió que el 19 de marzo estuvieran
en Azua posicionados según el plan de batalla que desarrollarían en el
punto de encuentro, en donde las tropas de Souffronf tomarían la parte
Sur de esta ciudad, mientras las tropas de Herard estarían al norte de
la ciudad. Los dominicanos desde el mismo 28 de febrero estaban
reclutando ciudadanos para formar tropas, por el temor a la inevitable
reacción del gobierno haitiano, para el 17 de marzo, las tropas
dominicanas ya estaban en Azua organizando la defensa de la ciudad.
El general Pedro Santana contaba con un ejército personal, la mayoría
trabajadores de sus tierras, más los cientos de ciudadanos de diversas
poblaciones del este y del sur que se fueron sumando por el fervor
patriótico de defender la naciente República.
Para el 19 de marzo, las tropas dominicanas sumaban, aproximadamente,
tres mil hombres y fueron organizadas en posición de batalla, con sus
comandantes al frente, a pesar de no tener experiencia en combate. La
línea de defensa de los dominicanos era en el centro oeste de la ciudad
de Azua, extendiéndose desde El Barro hasta el camino de Los Conucos en
el sur.
El presidente haitiano, al mando de su ejército y bajo el supuesto de
que las tropas del general Souffront estaban en su lugar y posición de
batalla, dio la orden de avanzar sobre Azua el martes 19 de marzo a las
7:30 a. m., siendo enfrentados por los dominicanos con lanzas, machetes,
tiros de fusilería y con un cañón de 24 libras, manipulado por Vicente
Soñé. Este último, días antes había proclamado el apoyo de Azua a la
causa de la separación junto a los patriotas Antonio Duvergé, Valentín
Alcántara y otros patriotas, según relata el historiador dominicano José
Gabriel García.
Los haitianos sufrieron importantes bajas y se retiraron dónde estaba
su retaguardia en las cercanías de río Yaque del Sur. Las fuerzas
dominicanas se coronaron de gloria, siendo esta batalla la que certificó
la firme decisión del pueblo dominicano de ser libre o morir. A pesar
del triunfo de ese día, Santana se retiró a Sabana Buey, Baní, donde
estableció su campamento, dejando parte de las tropas en el desfiladero
de El Número.
Antonio Duvergé, uno de los patriotas que luchó en la Batalla de Azua.
Antonio Duvergé se enteró en la noche sobre el retiro de Santana.
Muchas páginas se han escrito sobre este movimiento del general Santana
en el terreno de operaciones.
La invasión al territorio dominicano se perpetró con treinta mil
soldados haitianos, los patriotas dominicanos, los enfrentaron con un
número de soldado muy inferior. Este hecho me hace parafrasear a Martí y
replantea la consigna de que «no importa el número de hombres con las
armas, sino el número de estrellas en la frente», honor a los héroes del
19 de marzo, en la gloriosa Batalla de Azua.
Estos son parte de los patriotas que, sin importar perder sus vidas,
defendieron a la República el 19 de marzo de 1844: Vicente Noble, Manuel
de Regla Mota, Antonio Duvergé, Pedro Santana, Francisco Soñé, Manuel
Mora, Nicolás Mañón, Fernando Tavera, José María Cabral, Lorenzo Araújo,
Buenaventura Báez, Lucas Díaz, Luis Álvarez, Juan Esteban Ceara y
Matías de Vargas.
CREDITOS A EL DIA.