POR EL NUEVO DIARIO
HARARE.- Al menos 300 bebés y 54 madres han muerto
debido a complicaciones en el parto desde el pasado enero, debido a las
pésimas condiciones sanitarias en los principales hospitales públicos
del país, confirmaron este jueves las autoridades.
El ministro de Salud y Cuidado Infantil de Zimbabue, Douglas
Mombeshora, precisó que sólo en la capital, Harare, se registraron 111
muertes de neonatales y 19 fallecimientos de mujeres.
Las
principales causas de muerte se atribuyen a la falta de equipo adecuado
en los principales hospitales y de personal médico experimentado, así
como de medicamentos para tratar a los pacientes.
«La falta de equipo moderno agravada por la escasez de personal
médico experimentado y medicamentos para administrar a los pacientes
está afectando enormemente a nuestro sector de la salud, lo que resulta
en muertes innecesarias», dijo a EFE Mombeshora.
El ministro agregó que las muertes maternas también fueron causadas
por complicaciones quirúrgicas y otros problemas de salud subyacentes.
«La otra causa de muerte fueron los trastornos hipertensivos y sus
complicaciones, incluida la insuficiencia renal. La otra fue la
hemorragia posparto y el aborto, el parto normal y también la cesárea.
Algunos tenían condiciones subyacentes de VIH y diabetes», explicó el
titular del ramo.
«De las 300 muertes neonatales -añadió-, la causa principal fue la dificultad respiratoria como complicación».
El sistema sanitario de Zimbabue se ha ido deteriorando y el Gobierno ha recibido críticas por descuidar este sector crítico.
La situación se ha agravado por la marcha de profesionales sanitarios
experimentados a países europeos debido a los bajos salarios.
El mes pasado, el Gobierno de Zimbabue lamentó la decisión del
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender la financiación
a la Organización Mundial de la Salud (OMS), una medida que podría
afectar a varios proyectos humanitarios en el país, especialmente en el
sector sanitario.
EFE que la retirada de Estados Unidos de la agencia de la ONU
«probablemente dañará» el sector sanitario del país, especialmente su
programa contra el VIH/sida, que depende en gran medida de los donantes
y, sobre todo, de la OMS.